En las entrevistas laborales conviene dejar de lado los prejuicios sobre la ropa del candidato.
Una consultora norteamericana que se especializa en búsqueda de personal administrativo tuvo la original idea de preguntar a 670 responsables del área de rrhh cuales fueron los atuendos más extraños que hayan visto en sus entrevistas de selección. La lista que confeccionó finalmente está consultora es verdaderamente sorprendente!!!!. Para mencionar algunos: un disfraz de gato, una camisa de Start Trek, una manta de cama como si fuera un chal, pantalones de cuero y botas de cowboy, pijamas y pantuflas, una malla de fibra ajustada al cuerpo, pantalón corto y ojotas, chaleco de cuero sin camisa un traje de lentejuelas y hasta un sombrero loco al mejor estilo Anibal Pachano.
Todos los puestos ofrecidos eran para ocupar posiciones administrativas de distinto nivel, en oficinas convencionales, generalmente en centros de actividad comercial o bursátil como Wall Street.
La opción más elegida es aquella que goza de mayor neutralidad formal, saco y corbata para los varones Trajecito o conjunto de colores suaves para las mujeres.
Los limites estéticos de la vestimenta en una organización laboral se van conformando de un modo natural, pero esta opción aparece bastante después que el postulante haya ingresado.
Por más que la empresa permita un alto grado de informalidad, quien se presenta por primera vez no goza de tal privilegio. Pero el peligro de equivocarse es mayor para el que entrevista, si es que se quiere abordar el tema con el grado de profesionalidad que se merece. Puede suceder que el postulante exceda el registro de normalidad que rige en la empresa. Es necesario eludir, en primer lugar, el juicio a priori. Después de todo la vestimenta dice algo de la persona pero solo es una parte. La disonancia entre criterios estéticos no debería influir en la detección de las competencias esenciales que se requieren para cubrir un puesto.
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